Dónde quedó tu humildad…
Y la lanza calló. No, no cayó. Se quedó muda ante la vida que se nos postra. Tienes miedo a lo grande y al ser, pero después, que más da, que la gilipollez humana nos venga aquí a demostrar, la cruda realidad con sabor a petróleo. Mmmmm ven, yo te abriré los ojos, ante esta fantasía