Acariciar el teclado… o golpearlo.
Clac clac clac… crees volar cuando vuelves a acariciar las teclas del ordenador… ya no crees golpear las teclas… crees acariciarlas suavemente, hasta hacerlas pulsar consecutivamente y mirando tranquilamente la pantalla… en cambio… la máquina tiene su encanto… y te das cuenta que cuando aquí es muy fácil resaltar algo, allí tienes que escribir 5