No entienden
Más allá del frío que entra en tu piel, o del suspiro que queda sin voz, son las lágrimas que caen sin corazón, en almas que vagan sin saber por qué. El tiempo pasa y crece, en distancia y en versos, que caen por precipicios hasta océanos de tinta que no mueren. Tormentas que mueren solas