Porque un día cualquiera, la ausencia será mi guerra… Porque, las noches con nombre, se hacen tan largas que, los días ya no te acuerdas, como empiezan… Semanas atrás, son años, y tus besos de ayer, los echo hoy tanto de menos… Escapo, esta noche, que no te tengo a mi lado, y recurro al
Otro día se levanta, me levanto, me miro al espejo, y no me veo, me cuesta reconocerme al tiempo, pierdo versos por los ojos, y lavo mi cara llena de tinta, me hundo el pecho con la mano, y el dolor se hace claro, latidos no suenan por un rato… Yo seré un alquimista, un
El cielo se abrió, y cachos de nada cayeron en mi interior… Lágrimas rompieron el suelo, y enfriaron, al mis-mí-si-mo infierno… Perdí mi risa, y caminé desnudo, por la cornisa… El vacío es tan grande, como la caída… Las noches son tan largas, como letras hay aquí escritas… La vida, se resigna y se inclina,
Caminar… Caminar… Y caminar… Recitar poemas, al igual, que en aquellas épocas… Recitar… Recitar… Y recitar… Y cuando me veas, disfrazarme de rana, para que me puedas besar… Pero… Te vas… Y mi disfraz, no sirve de nada… Y todo vuelta a empezar… Amar… Ver más allá… Saber cuándo uno debe parar… Y saber ver
Tras el día, las luces se apagan, tras tus latidos, mil depresivas, tras tu espectro sentado en la cama, una sola razón por la que levantar, luchar… y tan cansado ya… que poco a poco todo da igual… Escribir por escribir, deprimir por decidir, resignarse a morir, o vivir muerto, haciendo aquello, que te mata
Verde que te quiero verde, papel e inerte, color de la envidia, y de la esclavitud… Verde que te quiero verde, me asfixias, hasta verme, inerte, perderte, sin tenerte, y ver como ellos, te retienen, hasta volverse locos, porque, yo no quiero tenerte, no quiero tenerte… Tan sólo quiero vivir, sin ser tú el que