No tengo ganas de jugar…
Estoy cansado, cansado de hacer lo que todos esperan que debo hacer, y de siempre estar a los lados, esta vez no voy a estarlo, y seguro se sentirán que los he fallado, pero, estás cansado, cansado de hacer algo, y que si no lo hubieras hecho tampoco hubiera importado. Por eso esta vez no me siento con fuerzas para volar, para moverme, para tener ánimos por sonrisas que te gustan pero hacen daño, por sentimientos raros, pero que al fin y al cabo no importan.
¿Acaso tu aparecerás sin yo decir nada? ¿Acaso tu sabes lo que a mi me hace falta? ¿Acaso importan las palabras que no llegan a entrar por tus oídos por el simple hecho que jamás sabrás escucharlas? Un sol se apaga… y entonces ¿Qué harás? Yo estoy cansado de jugar a las cartas… puedo ganar, pero me retiro de la jugada.
Camino con la cabeza fría y los pies en el suelo, intento que mi corazón no se sienta indefenso ante las acciones de personas a las que no sé si merece la pena quererlos. Siempre estoy ahí por ellos pero ellos nunca están ahí por mí… bueno, sin quererlo me pierdo, y sin hacerlo los pierdo, ¿que más da si pronto llega el invierno? Yo siento frío siempre por dentro, y siempre intento que el que esté conmigo sienta calor amigo… pero a veces, a veces sólo tengo frío, y entonces no puedo estar con ellos, porque sé… que ellos me darán más frío.
Mode: Bah
Escuchando: Ms Dynamite
Caminar es filtrar. Claro que sí. Cuando escoges un camino, descartas otro. Lógico. Y los caminos no recorridos no son más que eso. Y los caminos «equivocados», tampoco lo son tanto, porque sirven de aprendizaje, y te llevan a otros más acertados. Nunca dejamos de aprender, eso es la realidad. Y no, lo siento, discrepo contigo en una cosa: NO SIEMPRE SIENTES FRÍO POR DENTRO: No. LLevo demasiado tiempo conociendo tu esencia como para creerme eso. Y tú tampoco te lo crees. Cabeza fría, sí. Corazón palpitante, también. Lo sé. Lo he leído, lo he percibido y lo he SENTIDO.
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Joder.
Parezco un libro de autoayuda.
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Sigue caminando, mi niño reflexivo.
Pero no niegues tu esencia.
Y no me he cambiado de nombre. Sigo siendo maRia. Con «a» final. Y tecleando de pena.