¿Y ese quién es?
He levantado de las cenizas, a grito pelao, con vapor de agua de lágrimas quemadas. En soledad, perdido en mi cabeza, tras llegar al abismo y mirar. Yo he estado en ese lugar. Y escapé. Corrí tan fuerte que el dolor de mis piernas olvidé. Corrí de todo, y todos, hasta encontrarme a salvo. Y luego busqué, la voz que estuvo y me acompaño. Ella me salvó la vida, a pesar de mis traumas. Ella, es mi alma y mi vida, y mis lágrimas llorarán sin parar si se va. Y de la nada: uno, dos y hasta tres motivos más.
No lo entiendes. Es cuestión de no dejar de luchar NUNCA.
Mírame, mírate desde el espejo por dentro. Heme aquí, levantándome una vez más, de cualquier situación que me haga caer. Y no importa. Volvere a levantar, me quebraré en mil trozos, pero volveré a levantar. Y la razón te la di unas frases atrás. No te diste cuenta, pero ya levantaba sin motivo alguno, por una necesidad que no conocía. Levantaba, lo tuve que crear a él, y era quien me salvaba, y se fusionó conmigo a lo largo del tiempo. Ahora, ambos somos fuertes. Ambos levantamos, protegemos la única razón que me mantiene el respirar.
¿Cuánto tiempo has tardado en darte cuenta de esto? Son muchos textos. Muchos.