No son horas…
– ¿Dónde estás? – ¿Ya tocaste fondo? Levanta. No no, escucha. Le-van-ta. Y míra-me. Oh, esas lágrimas. Oh, esas mierdas… uno se hace fuerte o muere en el intento, o se lo llevan los fantasmas. No, no vengo a llevarte esta vez, vengo a dejarte. Míralo, él soy yo, y yo soy él. Hemos tardado