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No te diste cuenta… y fueron que pasaron dos décadas. Se dice pronto pero no hay tantos ahí fuera. No quedamos muchos (con letras), y los que estamos, caminamos (escribimos) cansados. Levantamos por inercia, porque no estamos hechos al suelo. Lo detestamos y lo golpeamos. Levanta hijo, que yo estaré a tu lado. Allá donde el dolor sea insoportable, papá, te levantará. No importa, si es más o menos, hija, esta es mi mano, y mis letras, mi último aliento, será también para ella.
No, yo ya no tengo miedo al mirar adelante, cuando atrás te has adaptado a tantas, situaciones, amargas. No. No dejo de pensar, cómo puedo ser el camino que ellos decidan, y puedan, a pesar de los NOS que pesan. Quiero pensar en mi pasado, y son oportunidades que ahora ves. Son salvavidas que no te das cuenta hasta que la vida, caprichosa, te los enseña. Tal vez mis modelos estuvieron fuera, y dentro lo hacían mientras se pueda.
Soy, un camino diferente, de letras que me persiguen del pasado. Soy bueno o malo, relativo a quien o con quien hablo. Pero, no te diste cuenta, que ya fueron que pasaron dos décadas. Se dice pronto pero pocos quedamos, y pocos seguimos.
Aquí te esperamos.