Mi límite es el suelo
Mírame. Mírate. Mi límite, es el suelo. Yo, no, vuelo, tengo los pies bien puestos, piso fuerte mi cerebro, y no, no vengo a soñar por las nubes de nuevo. Tropiezo, y me cago en… pero me levanto y sigo caminando. Las voces de mi cabeza gritan: Quédate en el suelo. Quédate de nuevo. No