Tengo la boca de oro…
Vivo en mis latidos de teclas, en mis gritos de-mente, en la compañía de soledad, por más, tiempo que se me va, y se va… no. Son muchos años ya. Qué voy a tener que demostrar… a estas alturas, no hay más. Eres cual rana, que salta de charca en charca, y luego se secan