Somos uno
Hi…
Vine para dejarme atrás, un año más. Desmembrar, mi cuerpo y tirarme. Más allá, donde mis piernas no se puedan levantar. Me perdí, entre el espacio de mis partes, para sentir el vacío que se siente al romperse. Por completo. Por defecto. Para volver a volver. Reconstruirte de nuevo. Una nueva versión mejorada, y más fuerte, con algo menos de esperanza, confianza… un poco más de rabia.
Tengo fe en mi. A ciegas. A rastras. A gritos. Tengo fe en mi. En el silencio externo que quiebra mi interior. En él, que viene a por mí, y a trozos me recoge, y me arma de nuevo. Él me grita, dice que es por mi bien, y el toma el control…
Oh no…
Levantarás, un año más. No importa cuan lejos lleguen los trozos, o lo pequeños que sean. Volveré a por mi, llora el tiempo que tardo en reconstruir. Yo respiro por ti. Por efecto. Y volverás, más fuerte y mejor con menos esperanza y más confianza en mi, ¿sientes el latir?
Yo tengo fe en ti. A ciegas. Te arrastraré. Te gritaré, no importa cómo, pero levantarás, porque no dejarás de escuchar, esa voz que no te dejará. Yo iré a por ti, seré tu cuerpo, y tomaré el control.
Y yo soy yo. Él soy yo. Yo soy él. No puedes pararlo, porque él siempre está preparado, esperando: el tropezar, el caer… desea el relevo, lo espera, cuando fallas.