Empujarlos hacia abajo
Más allá de un horizonte sin nada más. Una vida que pasa, y no se deja parar. Por más, que intentes luchar. El tiempo se va. Respirar para quemar, caminar para avanzar. Estoy cansado de esta humanidad, personas que vagan perdidas en su propio mar, gritando que no saben nadar… y te paras a mirar, miles de barcos y salvavidas para agarrar. Sus brazos no quieren mover, sus piernas tienen pesos para caer…
Es mirar y mirar, y ver poco a poco como vas a pasar, en tu balsa, con tus remos, a preguntar… y todos vuelven a girar, a gritar, a chapotear, en su mar de lágrimas para ser una víctima más de este lugar.
Te vas.
Te marchas.
Te gritan en la distancia, mientras, piensas y te das cuenta, que no se quieren salvar. Que no te quieren agarrar, sólo quieren verte marchar, para llorar más y más. Estás cansado ya. A ambos lados que miras, te cansas más y más. Miles de manos en alza gritando y ninguno quiere ser salvado.
Estás cambiando, el tiempo te va susurrando, al oído esos pequeños vocablos. Tu sigues remando, desde hace tanto tiempo que no sabes cuánto. Y a pesar de estar cansado, sigo remando. Tanto me ha costado tener esta balsa y estos remos, que no estás dispuesto a dejarlo.
Y miras a ambos lados, tal vez sólo quieran ser ahogados, tal vez, les esté ayudando. Coger mi remo… y empujarlos hacia abajo, hasta ahogarlos.