Versos que saben a madera mojada, que no quemada, gotas de agua sobre capuchas, y lágrimas de miradas que apenas logran entender la ilógica que se encuentra entre sus metas y sus cabezas. Ven acá, que te voy a quemar las alas… con gasolina para que bien ardan, y además, saltarás de lo más alto para que cuando caigas, en el suelo sólo queden tus huesos rotos y el sabor metálico en tu boca. Cuántos… eh, cuántos… quedarán apartados, sin ser nadie porque otros ya acabaron. No, la culpa no es del que corta y quema, sino del que cree que volar es gracias a las alas que nunca tuvo… los pies sirven para andar, y las distancias no se salvan con tus alas quemadas… porque después dirás que no sabes, y tendré que ir a tu casa, abrir la puerta y sacarte a ostias hasta la calle… te gritaré delante de todos y no sabrás que hacer, pero eso… no es lo que no puedes hacer, sino lo que no quieres hacer… así que deja de justificarte con paredes que no sabes romper, y sal, de esa celda que otros te construyeron.

Por ello, entre palabras y vocablos de otros me muevo, ohhh ¿cuántos quedaron en el tintero?, ¿cuántos jamas siquiera supieron o quisieron llegar a algo, porque fueron ellos los primeros en tirarse al suelo? Buh! jajajjajajja

No le vengas con cuentos al lobo, caperucita…

Mode: Dead Wrong
Listening: EMINEM – Amityville