Quizás,
todo sea un juego de la realidad.
Sin más,
suspiros hasta el final.
Aguantar,
no te llevará a ser mas,
que un desgraciado más,
así que…

Respira,
empieza tu vida,
y mira,
que parpadeas,
y todo se olvida…

Las fuerzas no se irán, si tú no te vas, has de levantar, hasta no poder más, hasta romperte un día más, en miles de pedazos y ser… una estrella más, del cielo que noche tras noche, en vela, te paras a observar. Entre el silencio real, y el caos de tu mente, quieres gritar… y romper a todos de sus sueños y leventarlos porque ahí, no es donde se consiguen hacer realidad. Pero en plena soledad, con soledad, y tu mente, llena de voces que te llegan a desquiciar, son noches eternas de las que no puedes escapar, hasta que de repente… todo se nubla, y no puedes dejar de pensar. Hasta dormido, levantas sin saber que fue eso que apareció y por qué, razón. Y todo vuelve a comenzar, un día más, una noche más, en espera hasta no saber cuánto podrás aguantar… cuánto vas a cambiar… cuándo no vas a poner ni respirar.

Pero respiras, levantas, caminas, y al espejo todos los días te miras… sin un ápice de cambiar nada de tu vida, porque todos y cada uno de los caminos, fueron decisiones propias vividas… y no me cambiaría. Llegaría, de nuevo a este mismo lugar, sin cambiar nada de mi vida.

Al doceavo día, no es las decisiones lo que me preocuparon mi vida, fueron la impotencia a no poder elegirlas…

Ya hemos pasado la mitad…

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Listening: EMINEM – Space bound