Ni día ni hora… ni minuto ni segundo…
Y el camino hizo al caminante… tras días y años, el pasado dejó de sangrarle. Los pasos, llenos de eco, se murieron en su corazón, y el metal recubrió su vida. Los latidos resuenan fuertes y no salen a romper el silencio… ya no salen a romper el silencio. Yo soy pleno, junto a ti.