No existo, presto, ante el aquesto. Soy atisbo de la esperanza, represento, el tesón sin perdón, y sigo sin don, y sin razón. Actos, sin dirección, camino de dos, no somos vos, para decir que ya no somos ¡oh Dios! Mi grito, se escucha hasta el infinito y ni siquiera tengo que abrir la boca.
Tan sólo discurre… como río entre la gente, como agua entre dementes, herejes corriendo de preferentes. Entra en los recovecos y muere, en lagunas… por los tiempos de los tiempos. Cielos, llueven a trozos por el espacio entre mis pies y mis pensamientos… trozos puros de cemento, y yo con raíces, que discurren por medio,
No existe el merecer sin hacer… pasos sin andar, no llegas a ningún mal, ahora no valen lágrimas para regalar, tan sólo vale luchar. Aquí no hay manos, te robaron los brazos con amor, ahora levanto, pero camino, y camino por algo… no hay vano, tiempo, si el tiempo es ocupado. Pero perder, es perder
Mírame… mírate, tras el reflejo que no es, tras el silencio que no te deja ver… sólo hay voces en ti, tan sólo actos o pre-actos, pactos o acuerdos; palabras que quedan en algo, o en vano. Mientras yo caigo, y descanso, en piezas o roto, para que me recompongan, tus besos, mientras respiro… porque
Antes del ayer, en silencio tal vez, antes de ver… el día nacer y mi cara en el espejo, puedo sentirte cerca, muy cerquita. Acurrucado entre sábanas que no te encuentran, vuelvo a cerrar los ojos y luchar contra la comodidad de ella… pero el día me levanta, y la vida avanza. Ya no importa
Érase que se era, una vez, un tuqueque que se destierra a la parte trasera… vivía mordiendo tu cachete siempre que te distrajeras. Érase… que se fue a descubrir tierras nuevas, que el tuqueque empezó la conquista de tu piel, ya que con mordida, tu sonrisa, era vida para el que la viera. Y tu