En caminos oscuros, el que grita, rompe el silencio. Entre desechos de palabras que detesto, encuentro, la paciencia que debo. Entre horas y horas del mismo día, es al agotamiento al que no encuentro, al sueño al que pierdo, y al insomnio en noches que siguen al día, a lo que me debo. Todo es
Usurpo bajo piel, kilómetros de escalofríos. Besos fríos. Silencio entre delirios. Grito, por debajo del sonido, para escuchar por encima de lo que no digo. He perdido, cuando no me importa ganar. He dicho tanto, que nunca tantas palabras fueron en vano, y sin embargo, es como un día más, que te levantas y dejas
Perdí toda razón de mí, cuando no pude convertir las horas invisibles en visibles. No soy mago de ojos, ni llego a leer las mentes, pero por mucho que lo intente… no es lo que me preocupa encontrar para el día siguiente. Estoy por ver el lado positivo de las cosas, pero deben ser esferas
He aquí yo, tras razón, de vos. Oh latidos de corazón, armado en metal por dolor. Contrachapado. Enmasillado, y resucitado. Surgo de los suelos sin sonido de bombeo. Perfecto momento interno, donde cortocircuitos dan lugar a versos, para el desprecio de cielos claros en espacios de neurotransmisores. Eléctrico. Corrientes confluyen en dedos, golpes de enteros,