A tu salud
El síndrome de Down (SD) es un trastorno genético causado por la presencia de una copia extra del cromosoma 21 (o una parte del mismo), en vez de los dos habituales (trisomía del par 21), caracterizado por la presencia de un grado variable de retraso mental y unos rasgos físicos peculiares que le dan un aspecto reconocible. Es la causa más frecuente de discapacidad psíquica congénita[1] y debe su nombre a John Langdon Haydon Down que fue el primero en describir esta alteración genética en 1866, aunque nunca llegó a descubrir las causas que la producían. En julio de 1958 un joven investigador llamado Jérôme Lejeune descubrió que el síndrome es una alteración en el mencionado par de cromosomas.
No se conocen con exactitud las causas que provocan el exceso cromosómico, aunque se relaciona estadísticamente con una edad materna superior a los 35 años. Las personas con Síndrome de Down tienen una probabilidad algo superior a la de la población general de padecer algunas patologías, especialmente de corazón, sistema digestivo y sistema endocrino, debido al exceso de proteínas sintetizadas por el cromosoma de más. Los avances actuales en el descifrado del genoma humano están desvelando algunos de los procesos bioquímicos subyacentes al retraso mental, pero en la actualidad no existe ningún tratamiento farmacológico que haya demostrado mejorar las capacidades intelectuales de estas personas.[2] Las terapias de estimulación precoz y el cambio en la mentalidad de la sociedad, por el contrario, sí están suponiendo un cambio cualitativo positivo en sus expectativas vitales.
Fuente: Wikipedia – http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADndrome_de_Down
El desconocimiento y la ignorancia ha llevado al ser humano por caminos estúpidos a lo largo de la historia, aún sin padecer una trisomía del cromosoma 21. No es más, que aún creyéndonos los animales reyes del planeta, no somos más que un conjunto de genes que nos proporcionan aquello que llamamos inteligencia y nos permiten sobrevivir y adaptarnos a cualquier ambiente mejor que los demás. Lo cual no quiere decir que no seamos estúpidos. Pero no es el individuo lo que nos lleva a ser más que los demás, sino la especie. Que aún con miles de millones de posibles enfermedades, cambios genéticos de incluso una sola base nitrogenada, que nos lleva a enfermedades incluso mortales o muy severas, nos empeñamos en querer remediar los fallos de la vida.
A lo largo de ella, nuestra existencia, el ser humano se ha apiadado de aquellos de su misma especie, y ha ejercido de curandero para la supervivencia y herencia de fallos genéticos a lo largo de siglos. Y no consiste en ser fanático de la ideología que muchos humanos sin Sindtrome de Down quisieron poner en práctica con su propia especie, pues es de estúpidos, su razonamiento.
Resulta que, aún pareciendo algo dañino, ¿a qué nos llevará la transmisión a lo largo de generaciones de un código genético cada vez más lleno de errores y fallos que no nos suponen una mejora para la supervivencia, si no una dependencia de fármacos u otros individuos de nuestra misma especie? ¿qué seremos dentro de unos siglos más? ¿A qué recurriremos a la hora de concebir nuestros hijos cuando nuestras posibilidades de trasmisión de una enfermedad sean muy altas?
Y aún así, el ser humano es tan especial que incluso siendo sanos en todos los aspectos biológicos, podemos llegar a ser increíblemente estúpidos…
Mode: Moquitos por allí, moquitos por allá
Listening: La tele de fondo…