Palabras y Aullidos
Erase una vez que se era… un hombre a lo lejos, en la niebla. Nótese que estaba al borde de un precipicio tan alto, que un lobo se le acercó a su lado. Y aulló, a la Luna, mientras, el lobo gritaba. Y la rabia en impotencia, erizó cada una de sus vértebras y lo hizo postrarse sobre sus rodillas… apoyando las manos que agarraron al mundo como si se le escapara. Mientras el lobo enseñaba sus colmillos bajo su luz; el hombre, lloraba a boca abierta, curvando su espalda y elevando su boca en dirección al mismísimo Dios. Y las palabras parecían rabia de lobo… y los aullidos, parecían lamentos de hombre.
Y la noche quedó presa del miedo, las nubes eclipsaban la Luna en su protección… Dios quebraba el cielo con rayos y truenos, y el cielo lloraba y lloraba. Empapados de lamentos y de rabia, la impotencia quedó presa de ambos. Exhaustos, lobo y hombre, se derrumbaron… agotados en vida, llenos en lamentos, y colmados de terrores. Hombre y lobo, durmieron, desmayados o inertes… vieron sus sueños, tan de cerca que creyeron. Pero… el sol de un nuevo día calentó sus cuerpos, deslumbró sus ojos envueltos en sal, y con fuerzas de flaqueza levantaron. Hombre encorvado, y lobo con rabo bajo… buscaron al mismísimo sol cuando hocico y barbilla apuntaron bien alto. Y tragaron con el aire, el empezar de un nuevo día…
Hombre, siguió su camino dejando al lobo al borde del precipicio. Lobo, enseñando dientes de rabia, apartó a correr y se perdió entre la maleza…
Porque él soy yo, y yo… soy él.
Mode: «Mano de lobo»
Listening: Natalie Imbruglia – Talk In Tongues