Y la cuestión no es si existe vida después de la muerte… la cuestión es si la vida no es en sí una propia muerte, lenta. La cuestión no es después, sino saberlo o no. El antes. Lo inexplicable se nos escapa, nos aterra… tal vez por actos, tal vez por nuestra propia manera. La vida no es vida, sino muerte… y como ejemplo tal, somos. Propios de una epidemia racional, por la piel de la Tierra… siendo el universo lo que se asemeja a nuestro cuerpo. Lo corrompemos, nos aprovechamos hasta la más infima partícula, los distorsionamos hasta la no recuperación, y todo, para crear en torno a nosotros, a nuestros propios núcleos de cáncer, una red de abastecimiento y comunicación tal, como para seguir creciendo… nos alimentamos de la Tierra, deformándola y matándola. Y tan sólo para seguir creciendo. Ese es nuestro ímpetu, crecer, sin importar el cómo o el por qué… crecer hasta no caber… crecer hasta la descompensación total, hasta la pérdida del equilibrio, y como tal, nuestra razón. Somos el mal, y como tal, Dios, no es Dios, sino el Diablo, si fue así que él nos creó. Somos un producto superior de la evolución, que lucha, contra sí misma, para no autodestruirse. Luchamos para mantener la simbiosis que ya, es imposible separar. Luchamos por nuestra supervivencia y como tal, luchamos por la deteriorada supervivencia de la Tierra. Pero no es más que puro egoísmo. Egoísmo de supervivencia, el que tira de nuestra especie, para seguir con vida. La razón, nos matará, la razón nos llevará a la propia muerte, y con ello, a desequilibrar la balanza. No luchamos por nuestro autoexterminio, sino por el exterminio total del planeta, no nos planteamos estando fuera de la ecuación, porque, no es que el mundo gire alrededor del sol… no… es el propio universo, el que gira en torno al ser humano, a la especie humana… y tan sólo es cuestión de tiempo, en que como entes que nacieron y como fuente del propio cáncer, migremos a otros órganos, en busca de nuestras fuentes de supervivencia. No buscamos el equilibrio, jugamos en el límite… dónde un mísero gramo de arena, es capaz de desequilibrar la balanza… y pronosticar nuestra propia vida… una vida corta y sin sufrimiento. Luego… será demasiado tarde.

Mode: Célula cancerosa perteneciente al tumor inicial
Listening: Linkin Park – The little things give you away