Divisar el camino, al culminar
Volviendo a los lamidos de mi propio sudor, arrastrándome por la sal de mi interior en un mar de voces. Perdiendo el sentido, de lo que es permanecer dormido, en paz, y sin delirios. Me he perdido, entre las doce y las cinco, y no encuentro motivos. He perdido el conocimiento del sueño que te