Veo, la luz a lo lejos, y quedo, inmerso, en mi mundo lleno, de eco… Veo, miles de caminos por los que muero, y encuentro, silencio, entre pasos, y versos… Lleno, entre agujeros, derramándome por dentro, no veo, final a pasos, ni encuentro, lógica, al que miro a mi lado… Y segundos quedan atrapados, y
Entre suciodad vivo, majestades pisando pétalos, de pieles de hombres ricos, indignado por lo visto, la muerte es tu camino. Directo desde el corazón, a inyectarlo en vena, adictos. Tu dosis diaria de realidad, escrita para tu mono, que está ahí atrás, incitando tu violencia, a matar por más. Suciodad es lo que tenemos, suciodad
No tengo, soy apenas lo que ves, y lo que guardo aquí dentro. No tengo… ni aire dentro cuando necesito ver y no te veo. No puedo, cerrar los ojos en la noche, y duermo mal. Y la realidad, no es más; sino menos, sin ti, que estás pero no estás. Y la ausencia, tu
Relegado a un lado por los que te han elegido. Perdido en miles de inicios y nada en finales. Palabras y palabras y todo se va haciendo demasiado tarde. Perdido sin resultados y cansado nada más haber empezado. Condenado al fracaso muriendo ahogado. Pez de Tierra que no nada, nada tiene que hacer. Perecer es
Es dentro de mí donde yo tengo que sobrevivir, es la vida a pasos lo que tengo que sufrir, luchando contra mí, en cada acto en estados amnésicos asociados, escapando, de un lugar y otro, y lo único que está siempre a mi lado es mi cuerpo masacrado. Cansado. Te encuentras de los nervios, algo
En la oscuridad, de crujidos sueños aguados, el silencio rompe el placer convirtiéndolo en dolor. Estremecido entre vaivenes de ira intentando controlar mi vida; movida, por olas en plena tormenta y sin comida. Atrapado en mi piel, roto en huesos y quebrados los latidos… ciego en la oscuridad me dirijo, y sin miedo, a tropezar.