El silencio no se escucha. El oficio no se lleva, se busca, algo que hacer en la vida y respiras. Me ignoro en actos y camino a pasos, perturbados tan solo por mis llantos. ¿Dónde está tu mano? Si me arranqué los ojos y los he pisado. Sangro, a borbotones mientras ando. Acaso, ¿es de tu importancia, si a ti solo te preocupa si te estoy o no manchando? Camina largo, y déjame paso, que tengo que ir a algún lado. Buscando formas de reventar despacio, el espacio entre tus actos y mis hechos, están a miles de palabras en vano.

¿Qué harás cuándo no quieras escuchar mi verdad? Daño que se clava en tu jodida distorsionada realidad. Tu mundo no es mi mundo, y a veces no queda más remedio que tirar piedras al suelo, y dejar que tú mismo las lances para que la gravedad haga el resto, de palabras por hechos. La diferencia será un hueco vacío inmenso entre tus mentiras y mis defectos.

¿No es curioso el remedio, desesperante el método, escribir por puro deseo de encontrar hueco cual cáncer en tu cerebro, que vaya reconcomiendo tu vida y tus pilares hasta destrozarte en el peor momento..?

Mode: Descifrándome
Listening: Violadores del verso – Vivios y virtudes (track 8)