Montones de días a mis pies
Vuelve esa ansiedad, ese desgastar, ese peso del tiempo sin poder soñar. Vuelve acompañado de soledad, en noches de eterna paz. Vuelve el malestar, el caminar de un lado a otro sin saber qué hacer más, vuelve ese ahogo y esos nervios que te recorren desde dentro hasta que salen por estos dedos. Vuelve el silencio, la música sin respuesta, los textos por defecto, y el dolor por no poder dejar descansar a este cuerpo. Quieto, entre los sueños del mundo, escribiendo versos. Sin poder dar respiro, y sin saber cuando acabará ni cuando volverá para mantenerme a este ritmo. Escucho el eco de mis repetidos lamentos en el tiempo por el desgaste que sufre mi cerebro, mi memoria en el tiempo, y mi concepción del día que parece no tener ni fin ni comienzo. Continuos días donde ya no recuerdo si hoy es ayer, o ayer fue mañana, donde hoy no sé que fue, y donde he perdido toda capacidad para distinguir los días salvo por los números que el calendario me tira. Y a mis pies se amontonan los días, los meses, los años y las personas. Que quedan atrás y son pocas, las que quedan al final y saben continuar.
Ya sin fe ni creencia, sin paciencia ni preocupaciones, la vida se aprecia de otra manera, la vida ya no es ese malo guión donde tu final no importa para la trama, y simplemente esperas. Te conviertes en tu condena al elegir el camino y no saber lo que te espera, sabiendo que puedes hacer lo que quieras.
Mode: El insomnio acecha
Listening: Aerosmith – Dream on