Acércate, mente que divaga entre aguas. Acércate a este raptor que deja aquí sus armas, rehén en busca de algún corazón que excitar. Escapa de esa rutina que cada semana se repite desde antes que aquí llegaras. No eres nada. Creer que eres algo no te va a llevar a lo alto, simplemente caerás desde más abajo, salvo, que tu ego se verá tan destrozado que te romperás en pedazos. No estamos aquí para explicarte algo, ni para dar consejos de aquello donde ya hemos tropezado. Estamos para ver como caes, mientras estás tropezando. No iremos a tu lado a darte la mano, iremos a ver como la sangre se desparrama por los lados y se funden con tus lágrimas. No sirve de nada, llorar por tu error, y nadie va a poder cambiar nada. Así que levanta, tan solo somos armas que nos transformamos en palabras. Tal vez no entiendas nada, cuando te diga que le hermosura se encuentra tras tu ropa y tras tu maquillaje. Desnuda, de capas y capas de pinturas, desnuda de ropas y vestiduras, y la belleza se muestra por si sola. Lo demás son mentiras, que se usan para esconder la verdad. Acepta tu condena, y no condenes a los que no se esperan esa pena.

Y entre tanto y tanto, el tiempo va pasando, sigues creando, matando horas a golpe de cañón, con bolas de puro acero. Perfeccionando tu espacio, tu conocimiento sobre el terreno en el que vas andando. Ya no hay complicaciones, tampoco futuro, tan solo son pasos y pasos hacia algún lado. Hay que seguir andando… nunca quedar parado, porque al final terminas pensando, al despertar que cuando todo se haya acabado… no habrá más tiempo para hacer algo.

Es cuando, llega tu miedo a algo que se escapa de tu realidad…

Mode: Distorsionado
Listeing: Violadores del Verso – Ninguna chavala tiene dueño