Hundo el pecho…
Otro día se levanta, me levanto, me miro al espejo, y no me veo, me cuesta reconocerme al tiempo, pierdo versos por los ojos, y lavo mi cara llena de tinta, me hundo el pecho con la mano, y el dolor se hace claro, latidos no suenan por un rato… Yo seré un alquimista, un