Juguemos…

En los albores de la desesperación, en lo más profundo de tu corazón, existe, ese odio, que poco a poco, te va comiendo… Vivir o morir, tú eliges, y la libertad del hombre, es su condena, porque, tú eliges… suicidios, borregos, asesinos, ignorantes o ilusionistas… todos en común tienen su libertad… Esa es la divina 

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Yo no creo en los poetas…

Caminar… Caminar… Y caminar… Recitar poemas, al igual, que en aquellas épocas… Recitar… Recitar… Y recitar… Y cuando me veas, disfrazarme de rana, para que me puedas besar… Pero… Te vas… Y mi disfraz, no sirve de nada… Y todo vuelta a empezar… Amar… Ver más allá… Saber cuándo uno debe parar… Y saber ver 

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