Lobo y señor…
Dos son, lobo y señor. Uno en dos, cuerpo dividido, por la lucha incansable de estos dos seres perdidos. Lobo y señor, señor y lobo, ellos son dos, encerrados el uno junto al otro. Cansado está el uno del dos, lobo saca colmillos y señor llora por los rincones, lobo muerde y señor ofrece, lobo se ríe del señor, señor se apiada del lobo, ambos solos, solos los dos. Un mal juego del señor castigador, un cuerpo para dos, pelea constante de ambos que nunca son ayudados por ambos. Ambos condenados al deterioro y al ahogo de la vida, ambos fuera de la sociedad.
Señor se pierde entre el mundo inerte, observa y se distrae de la gente, es más, la gente le molesta y tiene que esquivar para que su mirada se pierda entre paredes, entre horizontes, entre campos arados hasta el infinito, entre murmullos de esa misma gente. Señor siente dolor, dolor de los que no usan la razón, de aquellos a los que cree parecerse, a los que no comprende, y se pierde, no entre sonidos de sus bocas, entre movimientos de sus labios, se pierde buscando el motivo de gestos, y actos. Señor, es una mitad, una mitad que busca silencio, busca desaparecer y disfrutar del movimiento, de la música que invade su alma, al menos en parte, su parte que defiende de «eso». Señor se irrita con los ruidos, señor se irrita con los ruidos rutina, que invaden su silencio y con aquello que lo molesta dentro de su paz, adquirida después de tanto tiempo.
En cambio, lobo, es esa parte, dentro de su cuerpo que no aprecia la vida, compañero de cuerpo de señor, y que invade a veces el control, y lo transforma, ruge, muerde, y aúlla, de rabia. Es aquel que en situaciones de supervivencia toma el control, y salva a señor, el que le muestra la realidad y se ríe de la utopía que busca señor, el que no pierde el tiempo en la gente, y cree que todos buscan hacerle daño. Defensa, lobo es dolor, es desprecio por todo aquel que se acerca, es libertad que cuesta… lobo es valor cuando se necesita, es fuerza, lobo es parte esencial, pero incontrolable.
Lobo y señor, señor y lobo. Lobo deambula por las calles solo, señor se deja llevar por las calles hacia su corazón. Ambos comparten un síntoma, y es su tormento, el cual los mantiene preso, separados y en plena guerra, uno contra el otro, ambos haciéndose daño. Hoy los puntos están suspensos, y no los quiero. Desistir de ideas, ambos comparten una meta, y es vivir separados y sin sentirse estorbados. Por ahora, imposible, pero con el tiempo obtenible. Hubo tiempos del señor, donde el lobo vivió feliz en el olvido, hubo tiempos del lobo donde el señor se refugió en sus rugidos. Pero nunca hubo tiempo donde los dos viajaban en paralelo. No encontraron todavía sus sentidos. No encontraron su fin para perseguir.
Dos son, lobo y señor. Señor y lobo son, un cuerpo para los dos.
Mode: Lobo estepario
Escuchando: La Llorona
Dedicatoria: Herman Hesse – El Lobo Estepario (poco a poco uno se va entendiendo)