¿Cuántas palabras llevo escritas en este lienzo, cuántos textos se pierden en este universo, cuánto tiempo pierdo por hacer cosas que a veces no entiendo? No entienden… llevo días buscando motivos para seguir escribiendo, para compartir mis textos, llevo días preguntándome qué razón me trae a comunicarme con esto… a lanzar voces… a quebrar palabras
Y volver a vivir mientras tus brazos me rodean, y mis latidos se funden con tu pecho… dormir, mientras el mundo fuera grita. Encontrar la paz en tan poco espacio… y soñar… y soñar… mientras te abrazo… mientras me abrazas… tan ansiados, tan relajantes y tranquilizantes… que tu sonrisa me marca con una sonrisa en
Y te siento… como poco a poco, te introduces en mi cuerpo… y tomas control de mis sentimientos… y siento, como el latir, comienza a hacerse ligero, y golpeteo a golpeteo, quiere salir volando por mi pecho… no encuentro palabras, no encuentro teclas en teclados que puedan describir lo que siento… serio, paciente, cuerdo… con
Una mirada, que se pierde y se funde con las olas… un alba que se intercala donde cielo y mar se amarran… una vida que se pierde en textos, besos, y tiempo… un sueño, donde duermo plácidamente y despierto porque tú me acaricias mi cuerpo… mientras el sol arde en nuestra sangre, y calienta nuestros
Y medito, sobre el tiempo que… juega a enseñarme que, lo que tengo, no es lo que tengo… y lo que sueño, es lo que corre el peligro de hacer que pierdas la cabeza por el camino… mientras miro, por una ventanilla, y mi mano corta el aire que me dice que ya llega frío…
Me vienen a la cabeza momentos… momentos donde vuelvo a revivir aquel momento, momento en que ahí en mi cabeza escuché «un beso» y los besos llevaron a enredos, gemidos y gestos… todo, por seguir un beso y perseguirlo, hasta conseguirlo… y luego, tener más besos, iguales o mejores que el primero… casi como si