Y no me da miedo que estas palabras me vayan borrando por dentro, vaciándome hasta quedarme sin sentimientos, porque si no lo hiciera, no tendría remedio. Poco a poco iría llenándome con las palabras que me tragaría hasta llenarme, hasta no poder guardar más este lento sufrimiento. Entonces… mi tristeza avanzaría sin problemas hasta pedir que la agarraran y que la lloraran, y por la eternidad de mis tiempos yo no podría guardar nada, y todo… todo terminaría viéndose a los ojos de los que esperan que estés mal para atacar de nuevo, sin tiempo a que vuelvas a levantar, y para que no vuelvas a luchar…

Y mientras sorbo a sorbo bebo mi café recién hecho, escribo… para que tú puedas expresar tus sentimientos, y ni siquiera agradezcas el que alguien con sus sentimientos, ponga palabras a lo que tú no sabes escribir, aún sintiéndolo. Y ni siquiera me importa que copien mis sentimientos creyendo que saben lo que estoy escribiendo, porque nunca lograrán saber lo que realmente quise decir al escribir eso. Y por eso, cuando veo miles de textos que son copiados sin saber lo que quise haber expresado, se limitan a robarme mis sentimientos, y guardarlos y yo a quedarme sin ellos, y cuando los reencuentro veo que los ladrones ya los han marcado con su nombre para que aquellos que no saben nada, los acojan… y yo de mientras, pierdo un texto, mis sentimientos, y sigo necesitando que vean lo que realmente escondo tras este impasible rostro que no deja ver lo que hay dentro.

Pero aún así… no puedo dejar de hacerlo, escribir lo que siento, para no volverme loco al no poder confesarlos a alguien que me pueda asegurar que los tendrá a buen recaudo… o tal vez… lo que haga, sea abandonarlos… porque ya no puedo retenerlos por más tiempo… y hacen tanto daño que no puedo, y por más que intento… ya no importa nada.

Yo seguiré haciéndolo…

Mode: Regalo lo que siento
Escuchando: Pancho Céspedes – Vida Loca