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– ?Qu? piensas hacer conmigo?
– No s?, no tienes remedio. No tienes soluci?n.
– Entonces por qu? te preocupas, no tengo soluci?n, no servir? de nada molestarte.
– S?, pero?
– No quiero seguir aqu?, dec?dete?
– Esta bien, tu lo has decidido? tu crear?s tu propia condena, ser? lenta, pero me dar? un margen, por si cambias de opini?n.
– Si eso es lo que crees… acortar? mi condena.
no hay condenas ni recompensas… solamente las concecuencias de nuestros actos… dan dolor d cabeza¿verdad?… un saludo Mr reflexiones y un abrazo..