Un anciano y su nieto… estaban jugando cerca del río… bueno… el niño dusfrutaba como loko en el río… ya que era poco profundo y la corriente muy lenta…

– ¡Abuelo! ¡Mira! – el niño intentaba cazar un pececillo…
– Jejejeje… ten cuidado… te vayas a lastimar… – dijo el anciano con voz calmada…

El niño miró a su abuelo y se acerco a él…

– Abuelo… ¿por qué tu ya no juegas ni te diviertes?… – preguntó el niño preocupado…
-Ven hijo… ven… sientate aquí que te voy a contar algo… – el niño corrió hacia el abuelo que se había sentado en una roca mirando hacia el río…

– Ves el río… hace un ratillo tu estabas jugando en él… ¿no? – el niño asintio con la cabeza… – nuestra vida no es muy diferente a la de ese río… nacemos pequeños y ágiles… nos metemos por huecos… saltamos obstáculos… pero poco a poco crecemos… y perdemos esa juventud… y cuando nos acercamos al mar… nuestro cauce es calmado y tranquilo…

– Entonces abuelo… ¿tu pronto llegarás a unirte con el río? – preguntó preocupado…

– Si hijo si… pues es parte del río… unirse con el mar… ya sea tarde o temprano… – prosiguió el abuelo, con aire calmado…- pero ese rio tambien significa otra cosa… tu estabas en él… en su camino… pero por mucho que intentaras cazar un momento de ese río… un segundo después este se habría ido… su cauce transcurre rápido… y no se para aunque tu intentes cogerlo… nunca podrás revivir ese momento… nunca podrás volver al pasado… – hablaba el anciano con sabiduria en sus palabras…

El niño que atendía muy interesado a las palabras del abuelo, le dijo…

– Abuelo… ¿cómo eras tu de chico?… – preguntó con curiosidad…

– No más diferente que tu ahora… no más diferente que tu ahora… – respondió con melancolía….

Saludos